martes, 24 de mayo de 2016

PRECURSOR DEL MODERNISMO

PAUL CEZANNE PRECURSOR DEL MODERNISMO 
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Paul Cézanne


Paul Cézanne (19 de enero de 1839–22 de octubre de 1906) fue un pintor francés postimpresionista, considerado el padre de la pintura moderna, cuyas obras establecieron las bases de la transición entre la concepción artística decimonónica 11hacia el mundo artístico del siglo XX, nuevo y radicalmente diferente. Sin embargo, mientras vivió, Cézanne fue un pintor ignorado que trabajó en medio de un gran aislamiento. Desconfiaba de los críticos, tenía pocos amigos y, hasta 1895, expuso sólo de forma ocasional. Fue un «pintor de pintores», que la crítica y el público ignoraban, siendo apreciado sólo por algunos impresionistas y, al final de su vida, por la nueva generación.

París

Se inscribió en la Academia Suiza (Académie Suisse), una academia privada en la que trabajaba con modelos del natural, y en la que no había exámenes ni lecciones, todo ello para preparar el examen de ingreso en la École des Beaux-Arts. En el Museo del Louvre descubrió la obra de Caravaggio y de Velázquez, lo que marcó profundamente su evolución artística. 


Cuando rechazaron su candidatura a la École des Beaux-Arts (Escuela de las bellas artes), regresó a Aix y aceptó un empleo en el banco de su padre. Sin embargo, en 1862 decidió volver a París para consagrarse definitivamente a la pintura, pasándole su padre una pensión de 125 francos. Reanudó su amistad con Zola y continuó sus estudios en la Academia Suiza, donde conoció a Guillaumin y a Camille Pissarro, pintor mayor que él aunque poco reconocido, que vivía con su numerosa familia en una zona rural a las afueras de París. Cézanne se sintió de inmediato atraído por los elementos más radicales del mundo artístico parisino. 


Admiraba sobre todo al pintor romántico Eugène Delacroix y, entre los artistas más jóvenes, a Gustave Courbet y a Édouard Manet, que exponían obras de estilo y temas chocantes para sus contemporáneos. La polémica entre el arte oficial y los nuevos pintores llevó a la creación, en 1863, del Salon des Refusés donde se mostraban obras no aceptadas por el jurado oficial del Salón de París. El Salón oficial, por su parte, rechazó todas las obras que presentó desde 1864 hasta 1869. En 1864 pasó el verano en Aix-en-Provence; es el mismo año en que se celebra una muestra de la obra de Delacroix, lo que permite a Cézanne conocer su pintura en profundidad. 1869 es el año en el que conoce a la modelo Marie-Hortense Fiquet. En 1870 el Salón rechazó su Retrato de Achille Emperaire, por entender que era inaceptable al no respetar la perspectiva ni la corrección anatómica, juzgándolo «en el límite de lo grotesco».






Cézanne intentó conseguir una síntesis ideal de la representación naturalista, la expresión personal y el orden pictórico. Al igual que Zola con el realismo literario, Cézanne manifestó un interés progresivo en la representación de la vida contemporánea, pintando el mundo tal como se presentaba ante sus ojos, sin preocuparse de idealizaciones temáticas o afectación en el estilo. Luchó por desarrollar una observación auténtica del mundo visible a través del método más exacto de representarlo en pintura que podía encontrar. Con este fin, ordenaba estructuralmente todo lo que veía en formas simples y planos de color. Su afirmación «Quiero hacer del impresionismo algo sólido y perdurable como el arte de los museos», subraya su deseo de unir la observación de la naturaleza con la permanencia de la composición clásica. Ello queda en evidencia igualmente con su pretensión de «revivir a Poussin del natural» (Vivifier Poussin sur nature).




Son muy características y fácilmente reconocibles sus pinceladas, a menudo repetitivas, sensibles y exploratorias. Estas pequeñas pinceladas y planos de color se conjugaban para formar campos complejos, expresando al mismo tiempo las sensaciones del ojo que observa y una abstracción de la naturaleza observada.
Cézanne se esforzó por comprender y reflejar la complejidad de la percepción visual humana. Quería ofrecer una visión auténtica de la realidad, y para ello observa los objetos desde distintos puntos de vista, lo que le lleva a representarlos desde perspectivas diferentes simultáneamente. La obra de madurez de Cézanne muestra el desarrollo de un estilo de pintura solificado, casi arquitectónico. La intensidad de sus colores, unida al aparente rigor de la estructura compositiva, indican que, a pesar de la frecuente desesperación del propio artista, había sintetizado los elementos básicos de representación y expresividad de la pintura de un modo muy personal.
Estaba interesado en la simplificación de las formas que ocurrían naturalmente a sus esencia geométrica:
Todo en la naturaleza se modela según la esfera, el cono, el cilindro. Hay que aprender a pintar sobre la base de estas figuras simples; después se podrá hacer todo lo que se quiera. Cézanne, 1904.
Por ejemplo, un tronco de árbol puede concebirse como un cilindro, una cabeza humana como una esfera. Además, la atención concentrada con la que había registrado sus observaciones de la naturaleza dieron como resultado una profunda exploración de la visión binocular, que resulta de dos percepciones visuales simultáneas y ligeramente diferentes, y nos proporciona una percepción de la profundidad y un conocimiento complejo de las relaciones espaciales. Vemos dos puntos de vista simultáneamente; Cézanne empleó este aspecto de la percepción visual en su pintura en grados diferentes. La observación de este hecho, junto con el deseo de Cézanne de capturar la verdad de su propia percepción, a menudo le llevó a presentar los perfiles de formas para al mismo tiempo intentar mostrar los puntos de vista distintivamente diferentes de tanto el ojo izquierdo como el derecho


                                             Algunas obras


                                         La montaña de Sainte -Victoire con gran pino
                                             óleo sobre lienzo 67 x 92,5 cm
                                            The Courtauld Gallery, Londres
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Situada junto al este de Aix en Provence, la montaña Sainte- Victoire fue el tema más recurrente de la pintura de Paul Cézanne . Pintó más de sesenta representaciones de la misma montaña : la usaba para llevar a cabo sus radicales experimentos con la pintura de paisajes y de hecho cambió continuamente su técnica pictórica . Mientras que los impresionistas se habían centrado en los efectos fugaces de la luz y el clima en el paisaje, Cézanne intentó analizar la geometría subyacente de las rocas y la vegetación, para tratar a la naturaleza a través del cilindro, la esfera, el cono. Su principal objetivo profesional fue reproducir sus escenas exactamente como las veía : un árbol por ejemplo, podía aparecer como un cilindro representado a través de unos pocos planos de color.

Cézanne estudió la montaña Sainte- Victoire desde diversos ángulos , mediante bloques de color para conseguir un efecto espacial conocido como " profundidad plana "y representar a la topografía de la montaña de forma más efectiva.





Cézanne pintó este lienzo desde un monte de la propiedad de su cuñado, desde donde solía trabajar en dos imágenes de la misma vista al mismo tiempo. Cuando Cézanne expuso esta obra por primera vez en una sociedad de pintores amateur de Aix, la Societé des Amis des Arts, en 1895, fue recibido con cierta incomprensión . La única persona que admiró la pintura fue el hijo de un amigo de la infancia de Cézanne, el joven poeta y escritor Joachim Casquet. El artista agradeció tanto esta apreciación que firmó la pintura, algo que hacía en raras ocasiones - y se la regaló a Casquet . Dos años antes de la muerte de Cézanne en 1906, Casquet vendió la pintura por la entonces increíble cantidad de 12.000 francos , en ese momento Cézanne había sido redescubierto por los jóvenes pintores vanguardistas contemporáneos. 





A Cézanne le preocupaba más el efecto general de su pintura que los detalles individuales. Entre las ramas del árbol pueden verse trazos pintados de gris y verde que pueden ser nubes u hojas. Estos trozos contribuyen a crear el efecto deseado : hacer que la parte superior del lienzo desprendiera movimiento. Cézanne dibujaba los elementos principales con marcas muy simples hechas con carboncillo y después añadía parches de color. Construía sus formas orquestando minuciosamente los tonos de dichos parches. La superficie escarpada de la montaña se transmite únicamente a través del color. El árbol constituye un marco para el motivo principal de la montaña . La ligera curva del tronco complementa la suave pendiente diagonal del paisaje que aparece en primer plano. De un modo similar, las ramas de la derecha siguen la línea de la hondonada que puede verse a lo lejos





Naturaleza muerta con cebollas
óleo sobre lienzo 66 x 82 cm
Paris, Museo de Orsay


Este cuadro es indudablemente uno de los resultados más fascinante de la investigación de Cézanne sobre el tema de las naturalezas muertas . El pintor se ejercita en la cebolla , que tiene una estructura más compleja y resulta por tanto especialmente afín a sus osadas búsquedas de estos años , por su "mayor flexibilidad lineal y sobre todo por su forma más abierta y ondulada " .


El pintor construye su composición descentrándola hacía la izquierda , para después imponerle un repentino movimiento hacía la derecha por medio de la leve pero eficaz proyección del cuchillo . En la mesa dispone aparentemente en desorden sus cebollas , que describen una serie de lineas curvas a las cuales reaccionan los ángulos agudos de la mesa, en un sutilísimo equilibrio de fuerzas centrífugas y expansiva la primera , contenedora y constructiva la segunda , casi como para remachar el esfuerzo constante del artista por dotar de orden el caótico movimiento al que están sometidas todas las cosas.

Con delicadas modulaciones de color traduce con esmero todas las vibraciones cromáticas que la atenta observación de la naturaleza sugiere con las rosas , los rojos, los azules y los anaranjados construye sabiamente las cebollas y luego se detiene en los efectos de transparencia del vidrio y de la copa , acentuados por el juego de reflejos y por la inestabilidad de los contornos . La capa de pintura es extremadamente fina y la delicadeza de los efectos de la luz revela, una vez más, su asiduo y fructifero acercamiento a la pintura española del siglo XVII . También a la pared quizá el espacio vacío más grande de toda la producción de Cézanne- se reserva un tratamiento pictórico particularmente refinado , que le confiere inéditos efectos de transparencia.


MUJER DE AZUL 1904 

Mujer de azul
óleo sobre lienzo 88,5 x 72 cm
San Petesburgo, Museo Estatal del Ermitage









Una mujer de azul en una silla , con aire de fatigado abandono; la mano izquierda apoyada en una mesa ; la mirada absorta , cargada de triste melancolía . Se trata de uno de los últimos retratos femeninos realizados por Cézanne , ya al final de su  trayectoria , quizá en el estudio de Lauves. 




La dama que posa para él no es Hortense, su esposa y modelo favorita . No tiene  sus rasgos , pero sí los de la protagonista de un cuadro ejecutado por las mismas  fechas , la Mujer con libro , hoy en Washington . Según Cachín, pudiera tratarse  de madame Brémond , la gobernanta del pintor tan apreciada por éste , que vivía  con él en la Rue Boulegon de Aix y tenía fama de ser una óptima cocinera. Émile 
Bernard la conoció cuando fue a Provenza , a casa del maestro en 1904, y percibió  de inmediato el sincero afecto que la mujer profesaba al huraño pintor al que le  toleraba con paciencia salidas chuscas como la de que " siempre pasaba junto  a él sin rozarlo ni siquiera con la falda ".



El retrato que le dedica Cézanne posee un gran vigor expresivo. Su figura se impone con una fuerza casi monumental . El pintor trabaja de manera refínadisima con el color, haciendo que las modulaciones cromáticas definan por si solas los volúmenes . Azul sobre azul , tono sobre tono : con sabios toques de rosa . Cézanne destaca los puntos más salientes de la figura y con el negro sigue su perfil para darle mayor consistencia plástica . La gama cromática es luminosa y viva : del rosa el pintor pasa al amarillo claro y luego al verde esmeralda hasta llegar al " tono local " dado por el azul cobalto al que encomienda la tarea de definir parte del fondo . Ante una
 pared irreal y abstracta , la figura de la mujer se   recorta vigorosamente , merced también a la compleja perspectiva que le enmarca y la empuja hacía delante , hacía el primer plano, con ayuda de la  esquina de la mesa y su profunda diagonal , que parece proyectarlo todo más  allá de los estrechos límites del lienzo.






Mercedes Tamara 

25-05-2016

Bibliografia : UrielArte 




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