domingo, 7 de diciembre de 2014

EL BARROCO : LA PINTURA DEL SIGLO XVII EN ITALIA, FRANCIA, , ESPAÑA Y PAÍSES BAJOS




EL BARROCO : LA PINTURA DEL SIGLO XVII EN ITALIA, FRANCIA,  ESPAÑA  Y PAÍSES BAJOS
La Asunción de Santa María Magdalena ( 1617-1622)El Domenichino
óleo sobre lienzo 129 x 100 cm
San Petesburgo, Museo del Ermitage




El Barroco, la época que se extiende entre el absolutismo y la ilustración, está considerado como el último gran estilo europeo . Durante mucho tiempo se le tuvo sólo como un " dialecto degenerado del Renacimiento " pero el Barroco opone a la medida clásica un complejo de gran variedad dinámica de formas y expresiones . Frente a frente se encuentran la alegría de vivir y una sensualidad distinguida, una espiritualidad religiosa y un riguroso ascetismo, una amplia variedad de formas y un rigorismo en las normas . Al mismo tiempo, el ilusionismo introduce lo teatral y escénico en el arte. El teatro, el ceremonial y las fiestas cortesanas no sólo son expresión de vitalidad barroca , sino también una forma muy elaborada para dominar las masas. En Roma, Carvaggio, con su dinámica pintura del claroscuro consigue dar un nuevo ritmo a la pintura , mientras que los Carracci son los fundadores de la pintura barroca en Bolonia. En Francia destacan los paisajes heroicos de Poussin, las escenas nocturnas de La Tour y la poesía de la luz de Claude Lorrain .En España encontramos el cálido colorido de Murillo , el recogimiento de la vida monacal de Ribera y Zurbarán y la vehemente expresión de los retratos cortesanos de Velázquez. La contribución alemana culmina en los delicados paisajes de Adam Eishemer. Ninguna otra época del arte europeo como el Barroco ha conocido tantas vicisitudes en relación con su definición científica , con la descripción de sus fenómenos , con su delimitación temporal y con el análisis del trasfondo histórico e intelectual. Las contradicciones que caracterizan la historia de su investigación, iniciada hace unos cien años , sólo se ven superadas por las experimentadas por el Manierismo que, como fruto tardío de esa misma investigación, se definió como transición estilística entre el Renacimiento y el Barroco.
El bautismo de Cristo : Guido Reni, 1623
óleo sobre lienzo 263,5 x 186,5 cm
Viena, Kunthistoriches Museum





Durante esa época eran extrañas las cuestiones de periodización y las definiciones de estilo ; no conoció el nombre de Barroco en el sentido que se emplea actualmente. Ni los clientes de las obras de arte , ni los artistas, ni los teóricos del arte , que existieron en gran profusión en esa época , emplearon el nombre de " Barroco " para los proyectos y realizaciones artísticas . A diferencia del Rococó, que se dio a si mismo su nombre al hablar del " gusto rococó " en el siglo XVII, como consecuencia del absolutismo , se hablaba en todo caso del grand goût

del gran gusto, como una voluntad de representación . Sólo en los talleres y estudios de los pintores encontraron el concepto de barroque, para designar los contornos curvilíneos de los muebles y la disolución de los contornos firmes en la pintura. 


Al aparecer la crítica racionalista a mediados del siglo XVIII comienza a aplicarse el calificativo de barroque a un estilo que se consideraba contrario a las reglas , excesivo, extravagante y de mal gusto. La doctrina neoclásica comprendió perfectamente la posición clave de algunos grandes maestros de la época anterior , por ejemplo de Gianlorenzo Bernini ( 1598-1680 ) al que se consideraba responsable de la decadencia generaliza en el arte y cuyas raíces hizo remontar a Miguel Ángel . En los albores del siglo XIX ya se había extendido el sentido peyorativo de la palabra, preparándose la transición de un término que se emplea despectivamente para censurar a un concepto que define el estilo de una época , evolución que se puede observar también en relación con otras épocas ( por ejemplo, el Gótico ) . Serían los artistas vanguardistas del siglo XIX los que impusieron una apreciación positiva de este " estilo decadente " . Diego Velázquez( 1599-1660 ) Peter Paul Rubens ( 1577- 1640 ) , Rembrandt ( 1606-1669 ) y Franz Hals ( 1591-1656 ) poseyeron cualidades específicas , por las que comenzaron a interesarse sobre todo los impresionistas 

Judith con la cabeza de Holofernes : Cristofano Allori, 1613óleo sobre lienzo 139 x 116 cm
Florencia, Galleria Palatina



El Renacimiento y el Manierismo son los precursores estilísticos inmediatos del Barroco . La concepción que afirma la unidad cultural de una época, que se extiende desde el Prerrenacimiento del siglo XV hasta el Neoclasicismo de finales del siglo XVIII, encuentra argumentos en su favor precisamente en la historia del arte . Son las constantes generales , en cuanto a contenidos y temas , las que pretender reconocer esa homogeneidad , por encima de todas las diferencias modales y estilísticas. El principio del " ilusionismo " de la ampliación fantástica del espacio- gracias a la cual la monumental decoración de paredes y techos parece trascender los limites de la arquitectura real y es capaz de operar una transición , por ejemplo, a los ámbitos celestes- es un leimotiv adoptado del Prerrafaelismo , que alcanza su más alta perfección durante el Barroco , acompañada de una conceptualización teórica.

Otras constantes en la pintura, es el claroscuro y la triada de colores cardinales : la aparición simultánea de rojo, amarillo y azul , los colores fundamentales de cuya mezcla proceden todos los demás . Como contraposición a este cosmos de color, el claroscuro , con sus polos extremos ausentes de color, el blanco y el negro, modifica la paleta del pintor en innumerables posibilidades de refracción . Hace no mucho tiempo se llegó a comprender que el objetivo de ese claroscuro no era tanto la representación de claridades completas- por medio de la distribución de luces y sombras sobre el lienzo- como la articulación de los principios fundamentales de luz y oscuridad , en el seno de la trama cromática. Otra constante es, por último, el vocabulario alegórico, y , en este mismo contexto, la pasión humanística por los mensajes criptográficos que, a su vez, se consideran la prueba de que todo tiene potencialmente, un sentido , que es portavoz de mensajes ocultos que pueden descifrarse .


Sin embargo, la relación del Barroco con estas constantes es nueva y única , en la medida en que está marcada por un espíritu de sintesis desconocido hasta entonces y que ha encontrado su expresión convincente en la obra de arte total barroca. 


El triunfo de Neptuno y Anfitrite, Nicolas Poussin, 1634
óleo sobre lienzo 114,5 x 146,6 cm
Filadelfia ( PA ) Museum of Art

Las nuevas funciones del cuadro

Si se pregunta por las diferencias específicas que fundamentan la autonomía del arte barroco frente a las épocas que le precedieron , habrá que hacer referencia a la extraordinaria ampliación del campo temático . A diferencia del Manierismo, la pintura barroca pretende auténticas novedades. Las cosas dignas se reproducen en pintura , no se limitan ya a la historia sacra o profana, al retrato y la alegoría , temas que se centran siempre en la figura humana y concretamente en la figura humana exenta , en el sentido de la Antigüedad , vista en un tamaño imponente . El mundo de la imagenieria barroca abre nuevos campos, tanto hacía arriba como hacía abajo: la apoteosis y el retrato de gobernantes , el paisaje, el cuadro de género ( o de costumbres ) y la naturaleza muerta . Ninguna de estas funciones es nueva : todas ellas cuentan con precedentes en épocas anteriores. Pero lo nuevo es que los extremos de antaño ahora se convierten en formas directrices de la época . Todas ellas tienen en común que, aunque parten de premisas antropocéntricas , como fruto de la mirada retrospectiva a las concepciones humanísticas del Renacimiento , siempre van más allá





Niño con cesto de frutas ( Caravaggio )1593
óleo sobre lienzo 70x 67 cm
Galleria Borghese, Roma



Roma , capital del barroco



El hecho de considerar el arte sobre todo como arte abre un campo de posibilidades estéticas y también se sintesis : invocando a otros artistas y su estilo. Precisamente en los comienzos del Barroco, Roma es el lugar donde se forman las estructuras decisivas de un "renacimiento del Renacimiento " . Que el Barroco apareció en Roma es un axioma de la historia del arte que en principio aún hoy sigue teniendo validez. Allí donde la arquitectura puede representar una imagen de continuidad y unidad, la historia de los comienzos de la pintura barroca sigue una evolución más dramática e imprevisible. Anníbale Carraci, con su entorno familiar y académico y a Caravaggio, si no como adversarios, si al menos como polos opuestos de tesis y antitesis artísticas.


La decoración de la Galleria Farnesse por Annibale Carracci fue de inmensa importancia para la pintura monumental barroca, no sólo para la romana, sino en general. Un aspecto decisivo fue la recuperación de la gran forma : pero de igual importancia fue, por otro lado, la trivialización de los grandes temas por parte de Caravaggio. A la exaltación de la realidad por la gran forma le corresponde un aumento de realidad gracias al descubrimiento de lo trivial. , de lo cotidiano y vulgar. .

Con razón se subraya una y otra vez que debió ser el cansancio y el hastío del Manierismo tardío, que se dejaba notar por todas partes,lo que produjo una o mejor dicho varias reformas artísticas. El comienzo del Barroco en Roma puede calificarse de antimarierismo . Una de sus ideas directrices , la recuperación de una naturalidad ideal, formada por el arte del Alto Renacimiento, había aparecido ya en Francesco Barroci de Urbino ( hacía 1535-1612 ) antes de que los Carracci desarrollaran su programa artístico. El riguroso realismo que Caravaggio , por el contrario, es prográmtico en la medida en que se rompen los ideales clásicos, vaciados por el Manierismo.

En Roma se cruzan los caminos de italianos, franceses , alemanes y flamencos en el Barroco, las identidades nacionales se articulan más claramente que nunca . Sólo en Roma, cuyo cosmpolitismo y generoso mecenazgo tenía cautivos a tantos artistas , no surgió un estilo local : los talentos internacionales eran demasíado variados y autónomos , lo que alimentó el mito , el lugar y la idea de la ciudad eterna.


Francia 


Melpomene, Erato y Polimnia ( Las musas )
 Eustache le Seur, 1652-1655
óleo sobre lienzo 130 x 130 cm
París, Museo National del Louvre





El ejemplo clásico de un Barroco al servicio del absolutismo es la Francia de Luis XIV, apenas tiene importancia para los comienzos del Barroco, durante la primera mitad del siglo XVII. El Sol de Francia sólo nace en la segunda mitad de dicho siglo, con un brillo que servirá de ejemplo y de modelo para los demás soberanos europeos. Se podría decir que el Barroco se convierte en el estilo del absolutismo- si es legítimo considerarlo como estilo- a partir del modelo de Francia. Si bien no supone nada nuevo que se pongan las artes, todas las artes , al servicio de una representación de ideales políticos , nunca antes había estado tan bien organizado este objetivo por parte de las instituciones y administraciones , y con la plenitud de poder y mediante proyectos tan grandes.


El arte barroco no se puede separar en Francia de las ideas de la Academia, de las teorías y discusiones académicas . Esto llega a un grado tal que la teoría se convierte en una disciplina autónoma sin que exija ya influencias reales sobre la política artística . Hay que recordar la existencia de una disputa entre los " rubenistas "y " poussinistas "sobre el predominio del color o de la linea en la pintura. La constante 
significación - se podría decir : barroca - es el principio de la polaridad que vuelve a aparecer aquí en otros términos , como anteriormente había sucedido en Roma entre los partidarios " eclécticos "de los Carracci y los discípulos " naturalistas " de Caravaggio.

Por lo que respecta a la equiparación entre el Barroco y el absolutismo, si ser falsa pero sí algo problemática, es imposible ignorar - precisamente en el tiempo de Luis XIII, Colbert y Le Brun- el gran número de pintores franceses que siguieron su propio camino , al margen de la política artística centralista . Paradójicamente , Poussin-la figura más importante para la doctrina clásica ,quintaesencia del "Siglo de Oro " de la pintura francesa ( siglo XVIII) - queda decepcionado por París, y sólo 18 meses después de su " honroso nombramiento " por parte de Luis XIII , vuelve a Roma, que también se había convertido en la patria adoptiva de Claude Lorrain. Y, sin embargo, estos dos pintores influyeron más sobre el espíritu de la pintura francesa que cualquier pintor establecido en Paris.

España





Niños comiendo uvas y melón , Murillo, 1662
óleo sobre lienzo 124 x 102 cm
Múnich, Bayerische Staagemáldegallerie, Alte Pinakothek





Al estudiar la pintura barroca española no hay que perder de vista dos circunstancias externas . Por un lado, la baja consideración social de que gozaban los pintores en España, contra la que luchaban ya desde El Greco. Sus tratados sobre arquitectura , escultura y pintura , hoy en día perdidos , fueron complementados en el siglo XVII por las obras más modestas , de Francisco Pacheco ( 1584-1654 ) Vicente Carducho( hacía 1576-1638 ) y Juan Bautista Martínez de Mazo ( 1612-1667) a ellos les debemos muchas informaciones sobre los artistas , pero también tenían como objetivo elevar el prestigio social del artista : un deseo que había comenzado a imponerse desde hacía ya dos siglos.

En la medida en que la pintura española dependía del exterior para obtener las ideas que necesitaba para seguir el ritmo de la pintura italiana y flamenca , tendrá influencia en el resto de Europa hasta el siglo XIX . Este hecho está relacionado con la segunda circunstancia que define la fisonomía específica de la pintura barroca española : su apogeo coincide precisamente con la progresiva pérdida de poder y de prestigio que estaba sufriendo la monarquía española . Acontecimientos como la derrota de la Armada Invencible contra los ingleses que supuso el fin de la supremacía marítima española , el armisticio que hubo de celebrarse en 1609 con la pequeña Holanda protestante, después de agotarse luchas y el reconocimiento de su independencia en 1648, son sólo los espectaculares signos visibles de la decadencia y de un agotamiento que había afectado a un país como consecuencia de una política de poder que  había afectado al país como consecuencia de una política de poder que se había perseguido sin escrúpulos durante bastantes decenios.

Bajo Felipe II ( 1527-1598 ) la corte española no estaba ya en condiciones de dar encargos que hubieran atraído a artistas extranjeros . Las obras ejecutadas por Rubens en Madrid se deben sólo a la circunstancia de que el flamenco , en su condición de súbdito español y diplomático , estaba al servicio de la corona española.





El aguador de Sevilla Diego de Velázquez 1620
óleo sobre lienzo 106,7 x 81 cm
Apsley House, Londres



Estos dos factores , la falta de encargos ( exceptuando retratos para fines representativos y diplomáticos , sólo se pueden citar los ciclos de cuadros de batallas para el Salón del Reino , el ciclo de los trabajos de Hércules de Francisco de Zurbarán ( 1598- 1664 ) y los mitológicos para la Torre de la Parada del taller de Rubens ) y la falta de prestigio social de los artistas en España , se vieron aún reforzados por la ausencia de un verdadero círculo de clientes en los estamentos nobles y burgués . Para una nobleza ajena a la realidad, que olvidaba su falta de importancia con su proverbial quijotismo , el repertorio barroco apenas ofrecía interés. Sólo la Iglesia tenía una mayor necesidad de cuadros ; para ella se asimilaron con gusto los medios estílisticos nacidos bajo la égida de la Contrarreforma. En la pintura religiosa, los extremos están representados por las dulces Inmaculadas - un género genuinamente español desde El Greco- las afectuosas representaciones del Niño Jesús de Bartolome Esteban Murillo ( hacía 1617-1682 ) y los áperos, severos y místicos retratos de santos de Zurbarán .






La exposición del cuerpo de San Buenaventura 
Francisco de Zurbarán 1629
óleo sobre lienzo 245x220 cm
París, Museo del Louvre



Los ímpulsos decisivos en España también se deben a la penetración del " caravaggismo " . Aquí se encontró con un claroscuro autóctono que se remonta a orígenes flamencos y postmanieristas. Sevilla, la principal escuela de la pintura en España del siglo XVII, produce una forma característica de la pintura terrosa y marrón que reduce a un mínimo el colorido del cuadro, reduciéndolo a un ámbito semi-cromático o incluso acromático , en la que cada tono aparece como función de una luz . En el cuadro de Zurbarán San Francisco en éxtasis ( hacía 1660 Múnich ) ya no es la irrupción repentina de una violenta luz exterior la que ilustra como gesto retórico exterior, un estilo exaltado sobrenatural de la luz. El claroscuro de Zurbarán es más bien inherente a los colores e impregna la superficie de los objetos . Esta fusión de lo más inmaterial , la luz, con los sinónimos cromáticos de la materia más humilde , como también sucede en el colorido terroso de numerosos retratos de filósofos, bodegones e interiores de cocina , proporciona a la pintura barroca española una cualidad espiritual que le da una posición única en el arte europeo.


También Velázquez en sus comienzos , fue un representante sumamente original de ese " tenebrismo " español. En una obra de juventud como El aguador de Sevilla ( hacía 1620, Londres, Wellington Museum ) transforma una copa de agua , sencilla pero ennoblecida por las refracciones plateadas y frías de la luz , en un objeto misterioso y precioso , que se refleja en la expresión de los personajes . Velázquez se interesó durante poco tiempo por los " bodegones " , nunca fue un pintor de género. En su época fue un pintor reflexivo como ningún otro , dio un alto valor a la dignidad humana . Pero Velázquez , es una de esas personalidades artísticas que, precisamente por sus altas cualidades personales , no podía crear escuela.







Pintura de los Países Bajos





El rapto de las hijas de Leucipo Rubens, 1618
óleo sobre lienzo 224 x 210,5 cm
Múnich, Bayeurische Staagemáldesammlungen Alte Pinakothek









Es una expresión polisémica y equívoca, que tanto puede referirse a la pintura realizada en el actualmente denominado Reino de los Países Bajos como a la totalidad de lo que se conoce como pintura flamenca, concepto que incluye la realizada en cualquiera de los territorios de los Países Bajos de los Habsburgo (que también estaba formado por el actualmente denominado Reino de Bélgica y el Gran Ducado de Luxemburgo, entre otros). Para diferenciar la pintura de los "Países Bajos del norte" de la de los "Países  Bajos del sur" la historiografía del arte suele emplear las denominaciones pintura holandesa o neerlandesa, o escuela holandesa de pintura,a pesar de su impropiedad (Holanda es sólo una de las Provincias Unidas de los Países Bajos, si bien la más importante, especialmente por la potencia económica y cultural de su capital, Ámsterdam).



La lección de anatomía , Rembrandt 1632
óleo sobre lienzo 169,5 x216 cm
Museo Mauritshuis







La diferenciación estilística entre la pintura flamenca del sur y la del norte no se produce hasta el siglo XVII (el denominado siglo de oro de la pintura holandesa), puesto que los fluidos intercambios entre los maestros y talleres de ambas zonas se siguieron manteniendo incluso a pesar del extenso periodo de guerras civiles y de religión denominado Guerra de los Ochenta Años (1568-1648), que definió la separación entre el sur (católico e integrado en la Monarquía Hispánica) y el norte (protestante e independiente). Un hecho decisivo fue la decadencia de Amberes, que había sido el centro económico y artístico no sólo de la región, sino de todo el norte de Europa: a partir del saco de Amberes (1576) y el sitio de Amberes (1584-1585) muchos artistas pasaron a buscar refugio en las ciudades del norte, lo que no sólo benefició a Ámsterdam (convertida en el nuevo centro económico y cultural), sino también a Haarlem (escuela de Haarlem -Karel van Mander, "el Vasari del Norte"-) e incluso a zonas limítrofes, en la actual Alemania (escuela de Frankenthal).


                            
Mercedes Tamara 
7-12-2014


Bibliografia : El Barroco, Edit Taschen 
                      Wikipedia









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